Reseña Histórica

Un poco de historia

En 1995, bajo el impulso visionario de Luis María Bettendorff, entonces tesorero de la Comisión Directiva del Club Independiente y durante la presidencia de Don Raúl Lorenzo Ghilla, se gestó un ambicioso proyecto educativo. Con determinación y el apoyo de docentes de su entorno, Bettendorff elaboró y presentó ante el Ministerio de Educación de Entre Ríos una solicitud para crear una escuela primaria con orientación deportiva, obteniendo la autorización para la matriculación provisoria de alumnos de nivel inicial ese mismo año.

La entonces Escuela Privada Nº 167 “Independiente” abrió sus puertas en la calle Santiago Díaz en marzo de 1995. Los primeros pasos fueron modestos pero significativos: una sala de jardín de 5 años funcionando en la antigua sala del fútbol infantil del Club, con mobiliario prestado, pero con una firme intención de crecimiento. Lo que comenzó con apenas 25 alumnos en el nivel inicial sentaría las bases para lo que hoy es un complejo educativo de referencia en la región.

La institución lleva con orgullo el nombre de Luis María Bettendorff, quien se distinguió por su pasión por el deporte. Su compromiso con la institución se manifestó no solo en su legado deportivo, sino también en su rol pionero en la construcción de las primeras aulas y el edificio escolar, labor que continuó incansablemente hasta el día de su muerte. Su vida, caracterizada por un profundo amor al deporte y los valores comunitarios, motivó que un grupo de padres propusiera su nombre para la institución, decisión que fue aprobada por unanimidad. Este merecido reconocimiento, otorgado mientras Bettendorff aún vivía, simboliza el camino de excelencia, la conducta íntegra y la filosofía educativa que el complejo educativo ha mantenido desde sus inicios.

En 1996, con la llegada de la profesora Nancy Hernández, una joven docente que asumiría el doble rol de maestra de primer grado y directora de la naciente institución, se marcó un hito fundamental, Luis Bettendorff la convocó personalmente para que lo acompañara en este ambicioso proyecto. Bajo su liderazgo, la escuela primaria inició sus actividades siguiendo los planes provinciales, pero con una propuesta innovadora: un contraturno de dos horas que incluía computación, inglés, tecnología y danzas nativas.

En estos primeros tiempos, el personal se limitaba a dos docentes: una maestra jardinera y la propia directora fundadora, quien, movida por su vocación, realizaba todas las tareas necesarias con la ayuda de los padres, incluso las de maestranza, pintura de aulas y pequeñas refacciones, trabajando ad honorem. El compromiso extraordinario no se limitó a los primeros docentes, sino que se extendió a todo el equipo que fue conformando la escuela primaria completa. Cada maestro que se incorporaba al proyecto compartía la misma vocación y dedicación que caracterizó a los pioneros, contribuyendo a construir una institución que, desde sus inicios, se destacó por su excelencia académica y su orientación deportiva.

Este espíritu de entrega y profesionalismo se convirtió en una característica distintiva del cuerpo docente, creando una cultura institucional de compromiso que se mantiene hasta la actualidad. Los maestros fundadores, junto con aquellos que se fueron sumando al proyecto educativo, demostraron una notable capacidad de adaptación y compromiso con su desarrollo profesional, participando activamente en capacitaciones internas en TIC.

Las familias jugaron un papel igualmente crucial: además de aportar una cuota mínima a la cooperadora, se involucraban activamente en todas las actividades, forjando un fuerte sentido de comunidad que perdura hasta hoy. Este apoyo incondicional de la comunidad educativa fue fundamental para sostener el crecimiento de la institución en sus primeros años, creando un verdadero sentido de pertenencia que sigue siendo una característica distintiva del complejo.

La gestión de esta visionaria directora fundadora ha sido determinante en estos 30 años de historia institucional. Su capacidad para formar y mantener un equipo docente estable y comprometido se ha convertido en uno de los pilares fundamentales del éxito institucional. Durante tres décadas ininterrumpidas, ha guiado el crecimiento y la evolución de este proyecto educativo con una visión pedagógica innovadora que ha permitido que el complejo educativo evolucione constantemente, adaptándose a los cambios sin perder su esencia.

Con el transcurrir de los años, su liderazgo inspirador ha permitido conformar un extraordinario equipo de conducción, cuyos miembros, unidos por la pasión educativa y el compromiso institucional, han logrado tejer una red de apoyo y gestión que fortalece cada aspecto de la vida escolar. La ampliación del equipo de conducción ha permitido fortalecer todos los aspectos pedagógicos de la institución.

En 2004, la líder del proyecto educativo, que para ese momento ya conducía hasta el 9º año de EGB 3, presentó el proyecto para la creación del nivel secundario. Esta iniciativa fue aprobada con orientación en Ciencias Naturales, dando origen a la Escuela Secundaria D-178 Luis Ma. Bettendorff. Esta expansión permitió brindar continuidad pedagógica a los estudiantes y consolidar un proyecto educativo integral, asumiendo la dirección del nivel secundario el Profesor Nestor Bettendorff.

El crecimiento edilicio de los últimos años refleja fielmente el espíritu de superación constante que caracteriza a la institución. Lo que comenzó en una modesta secretaría se ha transformado en un moderno complejo educativo que hoy enorgullece a toda la comunidad. Este notable desarrollo, iniciado por Don Luis María Bettendorff y continuado con igual dedicación por la directora junto al equipo de conducción tras su fallecimiento, ha dado como resultado un complejo educativo con su ingreso principal por calle Seguí 240, que cuenta con instalaciones modernas y funcionales.

Las nuevas instalaciones incluyen aulas equipadas con tecnología de última generación, espacios deportivos renovados y áreas comunes diseñadas para fomentar la interacción, red WiFi que abarca todo el establecimiento, las pizarras digitales en cada aula y los espacios específicamente pensados para cada nivel educativo son testimonio de una institución que mira hacia el futuro sin olvidar sus raíces.

Desde sus inicios, la institución se destacó por ser pionera en iniciativas deportivas innovadoras. Fue la primera en incorporar la natación como parte integral de su programa educativo, implementar campamentos educativos y organizar eventos deportivos significativos. Entre estos últimos destaca “Gualeguaychú Corre”, que comenzó como una iniciativa institucional y hoy se ha convertido en la maratón más importante de la ciudad.

El esfuerzo colectivo de actualización permitió que desde 2015 la institución implementara exitosamente entornos virtuales de aprendizaje desde la sala de 3 años hasta 6to año de Educacion Secundaria, incorporando herramientas tecnológicas de manera integral en el proceso educativo. De la inicial doble escolaridad, el complejo ha evolucionado hacia una jornada extendida que integra tecnología y pedagogía moderna. El compromiso con la excelencia académica se refleja en la continua actualización de su oferta educativa, que hoy incluye talleres de ajedrez, percusión, teatro, arte y ritmos, además de atletismo.

Un cambio significativo es la incorporación, a partir del ciclo lectivo 2025, de un programa de inglés alineado con los estándares de la Universidad de Cambridge, que permitirá a los alumnos obtener certificaciones internacionales. Esta iniciativa refleja la constante búsqueda de excelencia y actualización que caracteriza al proyecto educativo.

El verdadero corazón de esta institución late en el compromiso diario de cada uno de sus miembros. Desde el equipo directivo que guía con visión y sabiduría, hasta los docentes que día a día entregan lo mejor de sí en las aulas, todos comparten el mismo sueño que dio vida a este proyecto hace tres décadas.

Tras tres décadas de trayectoria, el Complejo Educativo Luis Ma. Bettendorff, integrado por  la Escuela N° 167 de Educación Inicial y Primaria y la Escuela Secundaria D-178, se erige como un testimonio vivo de excelencia educativa. Lo que comenzó como el sueño de Don Luis María Bettendorff en 1995 es hoy una realidad educativa integral que ha sabido honrar tanto los valores de su ilustre fundador como el liderazgo de su directora fundadora.

El Complejo Educativo Luis María Bettendorff se proyecta hacia el futuro con la certeza de que la combinación de experiencia, innovación y calidez humana seguirá formando generaciones de estudiantes preparados para los desafíos del mañana, mientras mantiene vivos los valores que lo vieron nacer.